Una evolución coherente financia un futuro digital

Quien quiera saber cómo late el pulso digital de la economía tiene en Oliver Erb una fuente muy profunda. Como Vicepresidente Senior de Celonis en el líder mundial del mercado de minería de procesos, es responsable de ventas en la región DACH. Según Erb, la digitalización está dando lugar a ciclos de innovación cada vez más cortos y, por tanto, está aumentando la presión sobre las empresas para que desarrollen constantemente sus procesos y modelos de negocio. Su conclusión: “Si una empresa no quiere quedarse atrás, no hay alternativa a una digitalización consecuente”.

Una gran parte de la economía ya lo ve de la misma manera. Según el actual estudio de Staufen “Future Industry”, casi una de cada dos empresas ha iniciado nuevos proyectos de digitalización a pesar del reciente debilitamiento de la economía. Sobre todo, quieren aumentar la eficiencia (86%), aportar más transparencia a sus procesos (75%) y reducir costes (57%). Oliver Erb lo confirma: “Hay pioneros que ya han llegado muy lejos, pero también empresas a las que les queda mucho por hacer”.

Últimamente, la opinión pública tiene la impresión de que sin revolución y disrupción en el ámbito de la digitalización no pasará nada. Se suele decir que quienes no introduzcan ahora modelos de negocio digitales pronto desaparecerán del mercado. La realidad probablemente no sea tan radical después de todo. “La mayoría de las empresas confían en las innovaciones evolutivas y también tienen éxito con ellas”, informa Erb, gerente de Celonis, desde el frente de los clientes.

De un proyecto individual a una estrategia digital

Sin embargo, esto no es motivo para que el sector se duerma en los laureles. Los pioneros digitales, en particular, están presionando a otras empresas. Si quieres seguir haciendo negocios con ellas, también tienes que ser digital. En este caso también ocurre lo mismo: las empresas se han dado cuenta de ello y han puesto en marcha numerosos proyectos piloto. Pero precisamente esto -por decirlo sin rodeos- el activismo digital puede convertirse en un problema. “Muchas empresas tienen dificultades para pasar de proyectos individuales dispersos a grandes iniciativas estratégicas”, afirma el experto en digitalización Erb. Recomienda dos enfoques: trabajar con socios experimentados y utilizar las tecnologías adecuadas.

Ambas están estrechamente relacionadas, porque la velocidad de desarrollo de las tecnologías necesarias es alta. No es fácil, sobre todo para las empresas medianas, mantenerse en pie de igualdad. Por eso son esenciales las asociaciones con especialistas o equipos de expertos, como los que Celonis forma regularmente junto con Staufen. El segundo punto es la variedad de tecnologías. No basta con introducir programas informáticos. Más bien, es crucial apostar por el caballo adecuado, es decir, a medida.

Por ejemplo, en el análisis de datos: “Desde nuestro punto de vista, la disponibilidad de datos hasta el nivel de la máquina y su agregación y análisis son los principales aceleradores de la digitalización en la industria”, subraya Oliver Erb. Esto ayuda a muchas empresas a aumentar la eficiencia de sus procesos y cadenas de valor añadido. A menudo se critica este enfoque porque principalmente optimiza y, por tanto, preserva los modelos de negocio existentes. Esto recuerda mucho a las críticas dirigidas a la industria automovilística alemana, que para muchos ha dudado demasiado en avanzar hacia la electromovilidad durante mucho tiempo.

Inteligencia artificial: Los humanos son indispensables como órganos de control

Los últimos avances en inteligencia artificial (IA) muestran hasta dónde puede llegar algo así. Desde finales de 2022, ChatGPT, el sistema de diálogo basado en texto (chatbot) basado en un Gran Modelo Lingüístico, atrae mucha atención. Por cierto, el principio básico fue descubierto por dos científicos alemanes: Sepp Hochreiter y Jürgen Schmidhuber. Ellos desarrollaron las primeras redes neuronales artificiales para procesar el lenguaje natural. El sucesor de estos primeros intentos es ChatGPT, cuyos textos y códigos de programa acaparan actualmente titulares y cuestionan descripciones enteras de puestos de trabajo.

“La gran expectación al respecto procede sobre todo de personas que aún no se han ocupado de la IA”, afirma Oliver Erb. “Nosotros vemos la IA más como una evolución hacia cosas cada vez más útiles e inteligentes”. Celonis lleva años utilizando el aprendizaje automático (una subárea de la IA), por ejemplo para reconocer patrones en grandes bases de datos. Pero la IA hace cada vez más cosas. De este modo, el minero empresarial inteligente ayuda a los usuarios con menos conocimientos técnicos a utilizar la plataforma Celonis de forma óptima. Pero Erb advierte contra las expectativas exageradas: “Actualmente, la IA resuelve sorprendentemente bien las tareas sencillas, pero no las complejas. Los humanos son esenciales como órganos de control”.